lunes, 5 de junio de 2017

El artículo


Y yo que me creía que jugaba con ventaja… En fin, bien sabe la liebre que la ventaja no es una garantía. 
Reflexionando sobre la asignatura y lo aprendido en ella, tengo la impresión de que lo aprendido son más unas herramientas, que unos conocimientos. Unas herramientas de análisis, selección, adaptación, transmisión, etc… El buen uso de estas herramientas vendrá dado con el tiempo, la experiencia y la practica. Y en el proceso habrá errores, historias mal adaptadas, mal seleccionadas por la edad, por el tema, etc.. Y los errores nos permitirán seguir aprendiendo. La puesta en practica de los contenidos de esta asignatura, será un proceso sin fin, porque aparecerán libros nuevos, vendrán niños nuevos, tendremos nuevas situaciones.

El análisis y la selección de los libros de autor, dependerá, por un lado, del aspecto externo, del tema, de los personajes y por otro lado de la audiencia que tengamos. Es bueno que las historias den pie para abordar nuevos temas y que nos sirvan de pretexto para hablar.

De los textos folclóricos puedo decir que cada vez me gustan más. Muchos me los contaron de pequeño, pero tengo que reconocer que volver a releerlos, desde otra perspectiva, ha sido gratificante. Estoy seguro que antes de esta asignatura, nunca se me hubiera pasado por la cabeza contar en una clase Hansel y Gretel, por ejemplo. Y ahora estoy seguro de que lo haría. Para una edad adecuada, por supuesto.

Una de las ultimas actividades que realice en el centro de practicas, fue leer un cuento para una clase de tres años. Acostumbrado a realizar otro tipo de actividades con ellos, La lectura de este cuento, fue una bonita experiencia. Combinamos la lectura, con la proyección de las ilustraciones en la pizarra. He aprendido con esta asignatura, lo importante que es preparase las lecturas y ensayarlas delante de un espejo, como si tuviéramos a los niños delante. Importante también no caer en la monotonía y contar un cuento que llevamos mucho tiempo contando sin mucho entusiasmo. Tengo la impresión de que todos los niños les gusta que les cuenten cuentos que conocen, y, que les han gustado. Creo que es bueno contarles cuentos que ya se les ha contado porque esto les da la oportunidad de recordar, de anticiparse, de esperar el momento del desenlace. Verles disfrutar cuando se les cuenta una historia, como abren los ojos como platos, o como se ríen, o como se explican algún detalle entre ellos, hacen que cada hora del cuento sea un momento único e irrepetible.

Creación Literaria. Muchas veces pensamos que no se nos ocurren ideas o actividades y una clase de infantil con quince niños es una factoría de ideas. Es fundamental poner la “antena” y oír lo que dicen, en cualquier momento, sobre todo cuando realizan actividades no dirigidas. Hacer un corro y tratar de construir una historia entre todos es toda una experiencia. Recuerdo en una clase de cuatro años empezando a decidir si el protagonista era una persona, un animal o una cosa. Decidimos que el protagonista era un niño, ¿Que nombre le ponemos? y Álvaro dijo, “¡Alvaro!” Y había una niña que se llamaba Adriana porque a Adriana le pareció que era un nombre muy bonito. Alvaro y Adriana tenían un elefante como mascota y… en fin, nos lo pasamos muy bien.

Biblioteca de aula.
Sentarnos todos en el suelo y leer un cuento, lo podemos hacer en cualquier sitio. Pero tener un rincón especial donde tengamos los libros ordenados donde podamos hacer distintas actividades relacionadas con la lectura, hará que el tiempo que pasamos con los libros tenga mucho más valor. No es solo la historia que cuenta, sino el libro como objeto. Seguramente, Si no fuera por asignaturas como esta, las nuevas generaciones se preguntarían algún día ¿y esto, donde llevará las pilas?

Ha sido un placer

Gracias Irune

1 comentario:

  1. Bueno... una revisión de las actividades es muy poquito, pero compensa.

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